Del amor y otras cosas
Todos ciudadanos del día.
Cada cual con su sombra y su alma.

Nos coloreamos las mejillas
con besos y caricias,
nuestras manos y nuestros labios
se han vuelto pinceles.

Un perro ladraba en la noche,
le ladraba al viento y a la luna,
el viento cantando sobre las ramas
y la luna con enchapes de plata,
le contestaban.

No hay reyes ni mendigos en el cielo,
no sirven de nada las sepulturas en las iglesias,
son fosas comunes del engaño.
El paraíso es gratis.

Tu cintura jovial y generosa,
mis manos intencionadas
liberan a los botones de sus ojales.


De nada sirve el poder,
allí,
donde la gente se autodetermina.

La luz del sol a través de mi ventana.
En este lugar, mi espacio,
en armonioso vaivén,
las luces y las sombras.


Al entrar la noche
encuentro tu cuello y tu talle,
en mi sueño.

En vez de bombas, flores.
A cambio de invasiones, palomas en las plazas.
A la realidad cruel, la suavidad de la utopía.

Llorando me encuentro,
escondido en una esquina de mi suerte,
para que nadie advierta mi pena.

El mal gobierno es una infección desenfrenada.
El contagio es constante.
Los antisépticos están prohibidos.

Cadena perpetua en las habitaciones del edén o
trabajos forzados en el jardín de mi amada.

Una delicia es reconocer,
cada cierto tiempo,
lo que he amado y lo que amo.

...continuación

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